lunes, 14 de noviembre de 2011

COMENTARIO DE LIBROS


Vida sin biógrafo o la coherencia con lo real
el humor es un arma invencible contra los pobres enanos que se creen
grandes porque se han subido un instante sobre los hombros de un gigante
AGNES AFLALO

Este ejemplar, fue presentado en los festejos que se realizaron en la Argentina con motivo del 30º aniversario de la muerte de Lacan (Setiembre del 2011). El libro es el resumen, en algunos pasajes textuales, de las tres primeras clases del Seminario dictado por Jacques-Alain Miller en el año 2010 que lleva el mismo nombre “Vida de Lacan”, todavía inédito. Y que responde al deseo de “arrancar esta túnica de Nessus” (sic) (en la mitología griega, era la camisa envenenada que mató a Heracles, pero –metafóricamente- representaría una fuente de desgracia de la que no hay escape, un regalo fatal, o también, una fuerza destructiva, o expiatoria o influencia) y hacer algo de justicia respecto de las distorsiones acerca de su vida, aún después de su muerte.
El libro lleva por título “Vida de Lacan: para la opinión ilustrada”. Está dirigida a la “opinión ilustrada”. ¿Una ironía milleriana? En definitiva ¿Qué es la opinión ilustrada? La ilustración fue un movimiento cultural europeo - especialmente en Francia e Inglaterra- que tenía como finalidad, disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignoracia, la superstición y construir un mundo mejor. Anteriormente, Miller escribió Cartas a la opinión ilustrada en ocasión del 20ª aniversario de la muerte de Lacan. Una serie de cartas escritas y distribuidas entre los libreros franceses y algunos amigos, por entonces, en su prólogo decía” Bueno sería que existiera todavía en Francia una opinión ilustrada como la hubo antaño, y que pudiera escucharme, y que, consintiera en descender sobre la montaña que tenía frente a mí, en arrancarla y disolverla en el aire” Pero aclara, “Era un Wunsch, nada más, una súplica, casi un encantamiento”. Como vemos, su recurrencia a la opinión ilustrada será para aclarar las cosas.
En el Seminario del año 2010 todas las clases abordan la vida de Lacan en forma de aclaraciones contextuales respecto a las ideas, sucesos que rodearon textos, etc. que esclarecen conceptos centrales de la obra lacaniana, sin abandonar el eje psicoanalítico. En realidad, es una suma de relatos al estilo milleriano –siempre aclaratorios- sobre los acontecimientos y personajes que rodearon la obra de Lacan, no sin humor, también.
Ahora bien, J-A.Miller, podría considerar la persona más privilegiada y preparada para realizar una biografía de Lacan, sin embargo abdica a esa tarea. ¿Los motivos? La cuestión de lo real se mantiene también hasta este meridiano: muestra a un Lacan obsesionado o coherente con el concepto de real, ese inasible cubierto por semblantes en el cual los humanos nos mostramos indiferente o intentamos taparlo por todos los medios para dar sentido al discurso del Amo. Por lo cual nos encontramos no con una biografía, sino con una suma de pinceladas, consecuentes con la transmisión de la obra lacaniana. Pinceladas intermitentes que permiten vislumbrar y suponer un personaje fuera de una serie imaginaria: Lacan convocaba a lo real siempre que podía, sostenía un comportamiento de ruptura. Esta es la particularidad del texto, esquiva una biografía tradicional  o conocida.  En una biografía, esperamos bucear por las intimidades y grandiosidades del personaje admirado y encontrar el espejo en el que uno quisiera reflejarse. Se intenta retratar la verdad del personaje y enmarcarlo para confirmar su genialidad y las causas de su obra. No es este el caso. La biografía, a pesar de su título, es evitada. Siempre bordea algo de lo que nunca, - dice- hará: una biografía. Da sus justificaciones para no hacerlo, entonces apela a pequeñas viñetas acerca de preguntas que alguna vez el autor le hiciera a Lacan y habla de él sabiendo que sus palabras no son sino el reflejo de lo que Miller mismo pudo captar y entender, deja destellos en el camino de su relato, retratando a Lacan, como señas, apenas, por  momentos, intimista.
Entonces, no es una franca biografía; podría decirse que es una “biografía elíptica”, “biografía evitada”, “biografía esquiva”, que no habla directamente y descriptivamente, sino por alusiones e intersticios que la memoria deja en su autor. Tampoco es el estilo de Miller el descubrir todo de una sola vez, no es esperable –para quienes lo leemos frecuentemente- un relato directo (como lo hiciera alguna vez Elizabeth Roudinesco), sino un rodeo por la teoría para escarbar y descubrir las señas del personaje. Se evita el ejemplo de vida para la posteridad. Su único ejemplo es el comportamiento del hombre con su obra, lo que dejo y el espacio que ocupó. Así, Miller remonta anécdotas que recortan cuestiones de lo real como finalidad de enfrentar la vida para Lacan. Quizás esta sea la característica más notable de estos fragmentos de aquel seminario confeccionado como un pequeño libro.

JOSE MENDEZ