INCURSIONES DIAGNOSTICAS
Por José Méndez (*)
…Los trastornos que lo
desestructuran no fueron atemporales.
Daniel Paul Schreber fue un
hombre encarnado en la historia
y para poder comprender sus Memorias es necesario
leer detrás del negro
tipográfico valorando estos factores…
Jorge J. Saurí
(Fragmento de Estudio
Preliminar del libro Memorias de un
enfermo nervioso, de D.P.Schreber)
Cuentan historiadores del tango que Ada Falcón –cantante- perteneció a,
no sólo a una marcada época de oro del género, sino que ocupó un lugar de
privilegio, con significantes como: “la
joyita argentina”, “la emperatriz”,
“el alma del tango”, “la sacerdotiza”, entre otros. También ocupaba
un lugar de privilegio: cantar junto a Francisco Canaro, trabajar con Carlos
Gardel, y con Enrique Santos Discépolo, por nombrar algunos, personajes
mitológicos y destacados de la historia poética-musical argentina. Sumado a
esto, el contexto social magnetizado por la creciente aparición de la radio, el
teatro, la industria discográfica y el cine, promueven en ella –a partir del
amor- un contexto que se revelará mucho después como el sostén de una
estructura oculta. No obstante además de ser una destacada cantante de la
época, es autora de dos tangos: “Pecado mortal” y “Sueño con él”, indicadores
de lo que nadie advirtió.
INTRODUCCION
En el año 2003 se filmó un
documental sobre la cantante Ada Falcón, los directores –Sergio Wolf y Lorena
Muñoz-, tomando el título de un vals, cuyo autor era Francisco Canaro –su
amante durante más de diez años- y nominaron a su película “Yo no
sé qué me han hecho tus ojos”. Sergio, en su relato –en off- confiesa
su intrigante obsesión en la investigación persiguiendo la pista del amor y la
reclusión: una mujer que “teniéndolo todo”, a partir de un desengaño amoroso,
termina oculta, pobre y recluida. El film –documental- es una búsqueda de
testimonios en discos, revistas, personas allegadas, vecindario, etc. lugares y
cosas que develen el misterio de su vuelco. Con una deliberada manipulación
estructural de película de ficción: un enigma, un viaje, un recorrido y
suspenso; así la vida de Ada Falcón contiene la suficiente cantidad de
peripecias, enigmas y giros que la convertía en un personaje interesante. No hay contemporáneos de Ada
Falcón para testimoniar, ausentes por muertos, salvo uno que calla (Oscar
Bassil, de la orquesta de Canaro). Los realizadores dicen: “Ada podría ser una heroína romántica pero con una diferencia que la
hace interesante: siempre se mostró antisentimental. Nunca admitió ese gran
amor que marcó toda su vida.”, asimismo dicen: “Era muy miedosa y creo que eso la hizo rodearse de un aura enorme de
misterio. No le gustaba que la
escucharan cantar.” En una revista de aquella época, en un intento de
significar su retiro titulan, acerca de Ada Falcón: “Puta a los 20 y monja a los 40” y a esto Wolf responde: “…se retiró para purificarse…”.
Su historia –alimentando el mito
popular- dice que, desengañada, se recluye como monja empujada por la
desilusión amorosa con Canaro. Los despojos del misterio se aclaran en 1982,
cuando excepcionalmente, concedió algunos reportajes, afirmando, por ejemplo, “estar purgando un pecado” y otras
maldades que la acecharon en su retiro.
Cuando acceden a ella, en el
ocaso de su vida, -96 años- muere en el año 2002, ese mito de carne y huesos,
anciana, senil, coqueta y selectivamente memoriosa se mostrará bastante
indiferente a su pasado glamoroso. Durante una semana de charlas diarias, Ada
oscila entre la lucidez y la confusión esquivando hablar del amor y Canaro,
dejando pendiente, nuevamente, su incógnita de cuan consciente era de sus
respuestas; la escena final cerrará con un vacío.
Roland Barthes decía que “la palabra es siempre táctica; pero cuando
pasa a lo escrito borramos la inocencia misma de esa táctica, perceptible para
quien sabe escuchar, como otros saben leer.” Entre el olvido que produce el
dolor o la locura del amor y aquellos que -como pasajeros de la memoria- los
realizadores rescatan, está lo dicho y lo escrito, y allí se pierde la
ingenuidad del amor. Ada al grabar sus últimos discos en 1942, al borde de su
retiro definitivo, contiene dos títulos, consecuentes testimonios de su drama
amoroso: Corazón encadenado y Viviré con tu recuerdo, ambos de Canaro
e Ivo Pelay, el poeta.
La memoria está sometida al
movimiento dialéctico del recuerdo y del olvido, ignorante de sus deformaciones
sucesivas y abiertas a todo tipo de uso y manipulación por lo tanto, la historia
es siempre incompleta y de problemática reconstrucción de lo que ya no está. Para construir un “caso”, recurrí a diversas fuentes, tomando como eje
el citado film. La recopilación fue ordenada según mi criterio, desechando
aquellas cuestiones que no remarcaran los ingredientes clínicos que decidí
mostrar, no tanto para enmarcar un diagnóstico, sino para revelar la dificultad
de escuchar (¿una psicosis ordinaria y un Otro Goce de la histeria?) y
descubrir lo difícil de la clínica de la escucha en “detalles divinos” en dónde
se decide un diagnóstico y la dirección de una cura. Todo esto siguiendo la
pista del amor.
El
contexto social del tango
Comienzo
con un fragmento de Ricardo Piglia acerca del tango que encuadra muy bien este
género en el cual transita Ada Falcon, él dice: “ (…) Yo
leo el corpus, en lo posible completo, de todas las letras de tango, como si
fueran pequeños relatos urbanos. Por lo tanto, los leo como lo que también son:
situaciones narrativas muy concentradas, historias muy bien contadas, con un
narrador muy definido, y siempre basadas en situaciones dramáticas. Además, el
tango tiene, como tienen los grandes géneros, un comienzo y un fin muy claros. (…) En
los grandes tangos siempre hay una situación dramática en sentido teatral: un
monólogo o un relato construido por una situación muy bien definida. (…) Y
además el tango tiene un desarrollo histórico muy fijo; termina cuando, caído
el peronismo, se difunde el rock y la cultura juvenil. De modo que en el curso
vemos qué pasó en la ciudad de Buenos Aires entre 1917 y 1956, y cómo se lee
eso en letras. Los tangos, como la literatura, no reflejan una realidad sino
que postulan una realidad. Nadie puede decir que la ciudad de Buenos Aires era
como dicen los tangos. En los tangos no hay nunca un padre, nadie trabaja, las
chicas son milongueras, se lo pasan todos de farra, a los cuarenta años ya
están de vuelta, arruinados, envejecidos, mirando con nostalgia y cinismo su
propio pasado. Los tangos elaboran de una manera elíptica, como hace la
literatura, cuestiones sociales, por ejemplo cómo las mujeres se van de los
barrios al centro a trabajar, y por lo tanto la mirada masculina paranoica,
amenazada, las convierte a todas en milongueras y en putas. Porque en
definitiva el tango lo que dice es que en un mundo que está dominado por el
dinero, por la corrupción, por la falta de valores, lo único que vale y perdura
son los sentimientos, los afectos (…)”
Las grandes décadas del arte y la
construcción en el mundo fueron las del ‘20 y ‘30. En la Argentina fue un
momento de bonanza cultural y económica en el que se da un diálogo curioso
entre la cultura alta y la popular. Es la época de la efervescencia de Buenos
Aires. La década del veinte muestra una movida femenina simultánea en los
escenarios cantando tangos y algunas son convocadas por las principales
orquestas y por la incipiente industria discográfica. Ada Falcón pertenece a
esta generación de precursoras comenzando a grabar en 1925. Además, y gracias a
la radio, tenía una audiencia inmensa dispuesta a escucharla cantar sus
dramáticos y melosos tangos más solicitados siendo sus cachets los más altos del ambiente. Superando la voz trágica, la
lírica, o el espíritu humorístico, el desenfado, la melancolía y la delicadeza de
otras cantantes, la sugestiva e intensa voz de Ada Falcón creaba un estilo
inconfundible. Su voz de soprano adquiere tonos de mezzosoprano en las notas altas distinguiéndose, también, de otras
voces de moda, agudas y finitas. Con un tono ligeramente engolado y cierta
pretensión de gorjeos líricos otorgándole un estilo personal e irrepetible,
sumado a su singular temperamento de colocar la emoción del canto en el justo
lugar: emotivo, romántico y dirigido al amor perdido, caracterizado todo, por
un tono plañidero. Estilos solo comparables y aceptados en su época y
sedimentos de una sociedad que se movía con los modelos centenarios del país.
El caso Ada Falcón
Fue
una de las grandes estrellas de su tiempo, figura destacadísima de la
radiofonía argentina, si bien sus hermanastras -Adhelma y Amanda- también
compartían el mundo del espectáculo como cancionistas, ella fue la más popular,
con una vida novelesca y un perfil social muy alto otorgándole misterio a su
cambiante y “controvertida personalidad”.
Nacida
en 1905, cantó con destacadas orquestas y filma tempranamente con artistas muy populares.
La radio, el antecedente inmediato de la televisión en esos momentos,
consagraba indiscutiblemente a las nuevas figuras, y ella no estuvo exenta del transito
por las emisoras más importantes. La cúspide de su carrera fue entre los años
1930/35 gozando de fama y fortuna con una vida llena de caprichos, lujos y
dilapidación económica. Así, poseía dos autos lujosos, vestidos exquisitos,
perfumes franceses, sirvientes de guantes blancos, casa con columnas y paredes
forradas en tafetas rodeaban su carrera con cierto misterio y secreto
en el mundo de la radio y el espectáculo de aquellos días. Esto, abonado con su
pertinaz ostracismo.
En sus años de esplendor vivía en
una casa de tres plantas en Palermo Chico, uno de sus autos era una “vuature”
roja que manejada ella y cuentan que luego de sus baños de espuma salía a
pasear por avenida Libertador con el exquisito afán de que el viento secara sus
cabellos. Las tapas de revistas la mostraban con su melenita de moda
o la colección de sombreros y turbantes, una sonrisa bien delineada, sandalias
hechas a mano calzadas en pie de Cenicienta, acompañada de sus tailleurs de buena puntada que
moldeaban el delgado cuerpo. Completaban el panorama, pieles rutilantes y un
despliegue de joyas. Todo esto contribuía a encarnar la leyenda de la diva que
las tapas de las revistas de moda actualizaban todas las semanas. Pero, también, circulaban ciertos rumores de su “vida mística”, y alguna
publicación llegó a burlarse de ella trucando una foto vestida de monja.
Entre
sus joyas figuraba un anillo de diamantes, obsequió del Maharajá de Kapurthala que encierra la
novelesca historia de un intento de ser llevada por este ante su belleza; y
allí me pregunto si es la repetición de la novela familiar, como ya veremos. En
esta pretenciosa anécdota, de haberse concretado, la esposa se convertiría en maharaní (gran reina) de Kapurthala.
El encuentro con Jagatjit Singh, séptimo maharajá de Kapurthala es promovido
por un millonario de la higt society, se produce en 1925 en
oportunidad que se realiza una presentación privada en una estancia, en dónde
también actuaba Carlos Gardel y estaba de visita el príncipe de Gales. Esto nos
muestra a la protagonista rodeada de hombres notorios e importantes de la
época.
Esto, que parecía obedecer a una estrategia
comercial, complementada con altibajos emocionales –tildados de caprichos
histéricos de estrella consentida-, se revelarán como los indicios clínicos de
“otra cosa”–posiblemente– entre el espectáculo y el amor.
De su belleza, Enrique Santos
Discépolo dirá “era tan linda que hacía
mal mirarla”. Sus ojos verdes y su pelo eran una característica destacada
de su persona y generaba las fantasías varoniles reprimidas y sublimadas con
poesías y canciones, un claro ejemplo fue el vals dedicado de Francisco Canaro
“Yo no sé qué me han hecho tus ojos”.
No obstante su sonrisa era distante, tanto como su cuerpo y se la describe como
una persona desafectivizada.
En otro pasaje del film se cuenta
que la esposa de Canaro la espera al llegar al estudio de grabación, Ada baja
de su convertible rojo y aquella comienza a romperlo con un palo; indiferente,
gira su cabeza y dice: “Rompé tranquila,
que después Pirincho –apodo por el cual se lo conocía a Canaro- me compra otro”. ¿Aplomo o
desafectivización? Todo un contraste con entrar a la iglesia de Pompeya de
rodillas y hablar en voz alta con las imágenes. Algunos dicen que toda su vida
es novela pura -¿o de identificaciones conformistas que sostenían un enganche
con la realidad?- Descripta como un ser “especial”, refinada y pulcra, tímida y
hosca al cantar por radio, escapa siempre de sus admiradores, optando por sustraerse
al rezo como devota cristiana.
Los hombres poderosos
Ada, con Gardel se turnaba
en los estudios de grabación. Y ella misma cuenta: "A veces
llegaba más temprano, para escucharme a mí". Y nunca dejó de recordar
una cena compartida con él y Canaro: "Más tarde, Carlitos me llevó
caminando por la costa y nos alejamos. Cuando estábamos solos, me besaba los
ojos y me decía: ''Piba, piba preciosa... enseñame a cantar “Yo no sé qué
me han hecho tus ojos”. Me aseguraba que los hombres más poderosos de la Argentina
estaban enamorados de mí"
El otro hombre verdaderamente
crucial fue Francisco Canaro, hombre de la generación de 1910, famoso y
poderoso que manejaba las carreras de las cancionistas a su arbitrio. Aunque la
música fue su pasión, de infancia pobre, en su adultez, la acumulación de
dinero fue un asunto fundamental tanto como las mujeres. Compuso tangos,
comedias musicales, y guiones de películas, fundador de la más persistente e
importante defensa gremial de los artistas de la composición, SADAIC (Sociedad
Argentina de Autores y Compositores) en 1940, una institución que garantizara
en lo posible la seguridad de quienes vivían del difícil dinero, frágil y
esquivo del músico. Promotor y
talentoso para captar las inclinaciones populares y el espectáculo, le
permitieron convertir el fervor tanguero de entonces en temporadas musicales
orgánicas, perfectamente planeadas, delineando un perfil empresarial del tango.
Creador e introductor de innovaciones musicales como director y autor, pasaron
por sus manos los más destacados intérpretes que posteriormente resonarían por
sus obras y destrezas musicales. Canaro es un representante de la historia
naciente del tango, de cuna pobre a ser un poderoso millonario, que alienta la
esperanza de cualquier sujeto. Amigo de Gardel, Rodolfo Valentino y de Enrique
Santos Discépolo, por nombrar algunos, grabó infinidad de discos, en Argentina y
Europa vendiendo por millares. Asimismo fue testigo y partícipe del nacimiento
de las más importantes radios impulsando el uso artístico en ellas y siendo un
pieza clave para la industria del disco (él solo, grabó siete mil títulos), promocionando
el tango mundialmente por más de 40 años, produjo y compuso la música para
muchas películas del cine nacional, introdujo la orquesta típica y el cantor de
orquesta. La historia del tango lo tiene siempre como protagonista
Francisco descubre a Ada en un
concurso de canto en 1929 y se enamoró, marcando cierto destino amoroso en una
relación intensa, duradera y escandalosa, donde el sexo no impidió una
concordancia profesional exigente y eficaz. Ella grabará muchos tangos con él (unos
180 temas), lapso de su apoteosis, gloria y riqueza.
LOS
PADRES DE ADA
En el caso de su padre, la
leyenda se confundía con la realidad gracias a su deliberada intervención,
según ella misma decía en declaraciones que publicó el investigador Roberto
Gutiérrez Miglio "No conocí a mi
padre. Soy hija de Miguel Nazar Anchorena. Él se enamoró de mi madre, la robó,
y ella ya estaba embarazada cuando él partió a Francia porque estaba muy
enfermo. Falleció de cáncer. Todo lo que sé de él es por lo que me contó mi
madre". Así, aseguraba que su padre no era Domingo Falcone.
En el caso de su madre no pudo separarse, ni un
instante, desde que nació hasta que la
enterró, con más de 90 años. Cuando
en 1981 murió su madre, dice, “todas
las noches de mi vida dormí con ella” declarando que la vida lejos de su
madre no tenía sentido. Luego Ada intentó suicidarse tirándose por la ventana
del hospital y posteriormente la encontraron vagando y alucinando por las
calles.
Esta madre ató a sus hijas y fue la
fogonera de la carrera artística de ellas —Amanda, Adhelma y Ada—, acortando el
apellido de Falcone a “Falcón”. Con Ada, siendo muy pequeña, armó
un número vivo de tonadillas para la varieté del cine
Excelsior. "A los 4 años le
expresé a mi madre: ''Yo voy a cantar'', y al otro día debuté en la Sociedad de
San Vicente de Paul. Las damas vicentinas me llamaron ''La Joyita Argentina''.
Así´, sus trabajos artísticos le impiden concurrir -como todos- a la escuela,
por lo que debió instruirse en su casa.
Otra anécdota cuenta que tuvo la
posibilidad de filmar una película en Hollywood y tomaron un vapor con la madre
y al llegar a Río de Janeiro la madre no quiso continuar, e insistente, ambas
descendieron del barco regresando en tren a Buenos Aires. En marzo de 1982, en
algunas excepcionales entrevistas, comenta: “En plena juventud tuve riquezas y belleza, tuve una visión maravillosa
del Señor y no vacilé un instante en dejarlo todo y recluirme en las sierras
con mamita, en un convento franciscano, y vivir con humildad”.
De esta forma Ada Falcón oscila
entre una madre que asfixia y padre mítico, inexistente y débil, en medio de un
sueño de muchacha pobre con una novela de ascenso, éxito y reclusión religiosa.
EL AMOR – Sostén y caída
Ciertamente, sabemos que el amor
deja profundas cicatrices que mutan a formas de pasión diversa y quizás en su
derrotero se advierte cierta precocidad extendida, en sus comienzos con el
canto, luego el cine, pasando de la soltería a un romance desesperado y
renunciando, también rápido, a las mieles y las heridas del amor. A los 20 años
debuta en el cine mudo y a los 24 años, con un amante, 17 años mayor. También
deja de actuar tempranamente en teatros, sin mucha explicación ya que Canaro
estrenaba anualmente comedias musicales, pero “la Falcón” que actuaba era su
hermanastra Adhelma.
Sobre Ada Falcón, Francisco
Canaro escribió –no sin cierta distancia hipócrita- en su libro de Memorias:
"... fue una de las más bellas de nuestras
jóvenes cancionistas.... En plena juventud y en la cabal posesión de sus
facultades, se retiró de la vida artística para recluirse en un refugio
conventual en las serranías de Córdoba, impulsada tal vez por su íntima
devoción, pues siempre fue fervientemente religiosa... He aquí uno de los
prodigios de la fe cristiana."
Cierto día, y luego que su
tumultuosa vida sentimental con Canaro –quien tenía muy mala fama, en especial
por su carácter, posición económica e inclinación por la mujeres– llegara a su
fin, después de más de diez años de relación, a los escándalos le seguirán las
humillaciones. Ada no marchó a su destierro voluntario de un día para el otro.
Sus períodos de retraimiento, sus ataques místicos, eran cada vez más
frecuentes. Las penas de amor o el cansancio por una vida que consideraba
vacía, fueron precipitando el desenlace. Ya en 1935, cuando los artistas morían
por actuar en el auditorio de cualquier emisora, Ada Falcón decidió que sólo
cantaría sin presencia de público. Se había convertido en una diva, y
Radio El Mundo –una de las emisoras radiales más poderosas- accedió a
habilitarle una sala más pequeña.
Destaquemos dos hechos que
algunos catalogan delimitantes, contados por un músico de la orquesta:
- Ada insistía en la separación
de Canaro para
que contrajera matrimonio con ella. Ante esta requisitoria Canaro pareció
estar de acuerdo, pero antes consultó con su abogado sobre las características
del trámite y el tema económico. La respuesta fue obvia, la mitad de su dinero
le correspondería a su esposa, así, Canaro nunca
más pensó en separarse.
- La segunda anécdota, año 1938, ocurrió
durante el descanso de la orquesta en un ensayo, donde Ada estaba sentada en
las rodillas de Canaro. De
pronto se abrió la puerta de la sala donde se encontraban y apareció - Marta
Gessaume - "La Francesa", apelativo con que se conocía a la esposa de Canaro.
Abrió su cartera, sacó un revólver y amenazó furiosamente a Ada que salió corriendo
espantada gritándole a su amante "¡No
cantaré más para vos!". A los pocos días se produjo la separación
artística de la cantante con la orquesta.
El 28 de setiembre de 1938
concluyó su relación laboral con Francisco Canaro. Desde ese momento Ada Falcón
comienza, paulatinamente a aislarse de la vida pública.
Cuando graba lo hace detrás de
una cortina para no ser vista por la orquesta y generalmente se retira del
estudio disfrazada de anciana con un bastón. También se rumoreaba haber quedado
embarazada de él y que tras la ruptura él la mandó a buscar muchas veces, y que
además de vivir con otra mujer mientras fue su amante, ya la engañaba con un
nuevo amor –algunos dicen que con su propia hermana Adelma- cuando ella lo
dejó.
Sus actuaciones comenzaron a
hacerse esporádicas, luego de su separación con Canaro, así, su vida comienza a
decaer. Hacia 1940 terminó escondiéndose de sus propios músicos y cantando
detrás de un cortinado. Sus admiradores se conformaban con agolparse en la
calle, para verla entrar y salir. Después se subía a su auto rojo, llegaba al
palacete, clausuraba las puertas para todos y liberaba el misterio.
Las historias cuentan que después
de la separación, Ada lo llamaba por teléfono y le decía “mirá cómo gozo”, haciéndole escuchar los quejidos que le arrancaban
los arrumacos de otros hombres. Una historia de amor, y locura: si él nunca la
olvidó y ella se ocupó de que así fuera, podríamos rescatarlos en las palabras
de los versos finales del vals: Yo no sé
qué me han hecho tus ojos/ que me embrujan con su resplandor,/sólo sé que yo
llevo en el alma/ tu imagen marcada con el fuego del amor.
Ada Falcón realizo sus
última grabaciones con la orquesta de Francisco Canaro el 28 de setiembre de
1938 con los tangos "No mientas”
y “Nada más", se considera que
las grabaciones finales fueron realizadas -a los 37 años-, con otra orquesta -de
Roberto Garza- el 4 de agosto de 1942 cantando sus dos últimos temas: "Encadenado corazón" y "Viviré con tu recuerdo", muy
sugestivos, ambos de Francisco Canaro e Ivo Pelay.
Su reclusión
Su
desencadenamiento se precipita y finalmente reparte y vende su bienes entre sus
allegados, compra una casa humilde en un pequeño pueblo de la provincia de
Córdoba, de premonitorio nombre –Salsipuedes-, recluyéndose con su madre
[ambas habían profesado la Regla de la Tercera Orden Franciscana] en forma muy
austera y humilde. Su vida ya estaba consagrada a Dios, según sus propios
testimonios. Ada dice: “En plena juventud
tuve riqueza y belleza, pero tuve una visión maravillosa del Señor y no vacilé
un instante en dejarlo todo y recluirme en las sierras con mamita y después en
un convento franciscano a vivir con humildad”.
Se tejieron
muchas historias de su retiro de aquella mujer que era tan comentada tanto por talento como cancionista como por su belleza y excentricidades; penas de amor, delirios
místicos, escándalos con la esposa de Canaro, etc. Lo seguro es que cuando se
fue, lo hizo -casi- para siempre.
No obstante, luego de cuarenta
años, regresó a Buenos Aires y acusó al sello discográfico Odeón de negarse a
reeditar sus discos, pero en verdad era que ella no lo permitía. En esta vuelta
fugaz, los retazos del misterio de su retiro comenzaron a develarse, cuando
excepcionalmente concedió algunos reportajes. Afirmó, por ejemplo, “estar purgando un pecado”. También acusó
a Adhelma –su hermana- de cantar por los pueblos haciéndose pasar por ella y
firmando autógrafos con su nombre. Fue más difusa al asegurar que "durante treinta años cobró otra persona
todos mis derechos; fue una venganza de una persona muy poderosa que ya murió,
que me dijo que me iba a hacer morir de hambre". ¿Un argumento
delirante? También argumentaba que le habían robado sus propios discos, casi
todas las fotos, las cartas que durante 15 años le había escrito José Mojica, un
cantor peruano, muy publicitado en esa época pues tomó los hábitos
franciscanos. "En plena juventud
tuve riquezas y belleza, tuve una visión maravillosa del Señor y no vacilé un
instante en dejarlo todo y recluirme en las sierras con mamita, en un convento
franciscano, y vivir con humildad", escribió Clarín en marzo de
1982, un año posterior a la muerte de su madre, y agrega: "Desde que nací, dormí junto a mi madre,
y su muerte me destrozó".
Otro detalle, en el film, Oscar
del Priore cuenta que en un encuentro con ella, ya recluida en Córdoba, tapaba
su cabello con un pañuelo y sus ojos con anteojos negros pues había prometido a Dios que los hombres no
verían nunca más sus ojos y cabellos. Finalmente, en el film, refiriéndose
a Canaro dice “el que le dije…” y “a la maldad que me hicieron”, y hablar
de él es mencionar al mismo diablo. “Lo
que me ha hecho ese malvado…”. “Yo le
hacía sombra a todas y por eso no me querían”
Algún final
Esta es otra historia de amor, como tantas, con
mayor o menor notoriedad, enmarcada en los avatares una época muy distante de
esta postmodernidad que nos atraviesa. Los protagonistas, seres hablantes y
torpes detrás de los ideales, se enredan y trastabillan, se hunden y ascienden
según este sentimiento necesario para vivir la novela que les toca a cada uno.
Pero, en este tránsito por el mundo y su olvido, el amor los muestra en su
esencia final de ex-sitentes, descarnados de su ser más íntimo que la historia
sin pudores muestra.
Finalmente ¿locura sujetada por la fama, la madre y
el amor del hombre poderoso?, o ¿la histeria en su Otro goce desatada en sus
límites sin fronteras luego del desamor?
Referencias bibliográficas y fuentes consultadas
· Sigmund Freud, Sobre un tipo particular de elección de
objeto en el hombre y Sobre la más generalizada degradación de la
vida amorosa (Contribuciones a la psicología del amor I y II),
Amorrortu Editores, Volumen XI
· Jacques Lacan, Seminario 23, Paidós, Buenos Aires
· Jacques Lacan, Seminario 20, Paidós, Buenos Aires
· Jacques-Alain Miller y otros, Los inclasificables de la clínica
psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires
· Jacques-Alain Miller y otros, Las psicosis ordinaria,
Paidós, Buenos Aires, 2004
· Jacques-Alain Miller y otros, Lógica de la vida amorosa,
Manantial, 1991, Buenos Aires
· Jacques-Alain Miller y otros, El patenaire síntoma, ,
Paidós, Buenos Aires, 2008
· El litoral.com Oct, 9 del 2010
· A mí se me hace que es cuento, Oscar del Priore y Amuchástegui, Ed. Aguilar 2010
· 5/1/2002. Clarin.com, Sibila Camps “Ada Falcón fue un mito del tango”
· Música argentina.com
· Diario Página 12 – Un misterio
llamado Ada . Reportaje a Lorena Muñoz y Gabriel Wolf
·
La Nación.com, 23 de Enero 2005. Ada Falcón y Francisco Canaro.
Grandes pasiones argentinas. Por
Marcelo Birmajer
· Wikipedia.com
Biografía de Ada Falcón
· Film “Yo no se que me han hecho tus ojos“(2003), dirigido por Sergio Wolf y Lorena
Muñoz.
· http://tangosalbardo.blogspot.com.ar/2012/12/ada-falcon-el-mito.html.
José María Otero, historiador de tango y periodista.
·
http://www.debiografias.com.ar/biografia-de-ada-falcon/ Las 12. Viernes 2 de enero 2004.
Un misterio llamado Ada Por Sandra Chaher
· Cuadernos de Cine Documental: Encuentro Nacional de Cine Documental realizado
en la Pcia. de Santa Fe. Julio 2006.
· http://bibliotecavirtual.unl.edu.ar:8180/publicaciones/bitstream/1/3506/1/CINE_2007_1_pag_10_41.pdf. Guarini, Sergio Wolf y Carlos Echeverría, quienes
participaron en las Mesas de Discusión. Aquí están algunos fragmentos de sus
intervenciones.
· http://www.todotango.com/spanish/biblioteca/cronicas/cronica_Macias.asp. Ovidio
Lagos, "La Pasión de un Aristócrata".