Vida sin biógrafo o la coherencia
con lo real
el humor es un arma invencible contra los pobres enanos
que se creen
grandes porque se han subido un instante sobre los
hombros de un gigante
AGNES AFLALO
Este ejemplar, fue presentado en los festejos
que se realizaron en la Argentina con motivo del 30º aniversario de la muerte
de Lacan (Setiembre del 2011). El libro es el resumen, en algunos pasajes
textuales, de las tres primeras clases del Seminario dictado por Jacques-Alain Miller
en el año 2010 que lleva el mismo nombre “Vida de Lacan”, todavía inédito. Y
que responde al deseo de “arrancar esta túnica
de Nessus” (sic) (en la mitología griega, era la camisa envenenada que mató
a Heracles, pero –metafóricamente- representaría una fuente de desgracia de la
que no hay escape, un regalo fatal, o también, una fuerza destructiva, o
expiatoria o influencia) y hacer algo
de justicia respecto de las distorsiones acerca de su vida, aún después de su
muerte.
El libro lleva por título “Vida de Lacan: para la opinión ilustrada”.
Está dirigida a la “opinión ilustrada”. ¿Una ironía milleriana? En definitiva
¿Qué es la opinión ilustrada? La ilustración fue un movimiento cultural europeo - especialmente en Francia e Inglaterra- que tenía como finalidad, disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignoracia, la superstición y construir un mundo mejor. Anteriormente,
Miller escribió Cartas a la opinión
ilustrada en ocasión del 20ª aniversario de la muerte de Lacan. Una serie
de cartas escritas y distribuidas entre los libreros franceses y algunos amigos,
por entonces, en su prólogo decía” Bueno
sería que existiera todavía en Francia una opinión ilustrada como la hubo
antaño, y que pudiera escucharme, y que, consintiera en descender sobre la
montaña que tenía frente a mí, en arrancarla y disolverla en el aire” Pero
aclara, “Era un Wunsch, nada más, una súplica, casi un encantamiento”.
Como vemos, su recurrencia a la opinión ilustrada será para aclarar las cosas.
En el Seminario del año 2010 todas las
clases abordan la vida de Lacan en forma de aclaraciones contextuales respecto
a las ideas, sucesos que rodearon textos, etc. que esclarecen conceptos
centrales de la obra lacaniana, sin abandonar el eje psicoanalítico. En
realidad, es una suma de relatos al estilo milleriano –siempre aclaratorios-
sobre los acontecimientos y personajes que rodearon la obra de Lacan, no sin
humor, también.
Ahora bien, J-A.Miller, podría considerar la persona más privilegiada y preparada
para realizar una biografía de Lacan, sin embargo abdica a esa tarea. ¿Los
motivos? La cuestión de lo real se mantiene también hasta este meridiano:
muestra a un Lacan obsesionado o coherente con el concepto de real, ese inasible
cubierto por semblantes en el cual los humanos nos mostramos indiferente o
intentamos taparlo por todos los medios para dar sentido al discurso del Amo.
Por lo cual nos encontramos no con una biografía, sino con una suma de
pinceladas, consecuentes con la transmisión de la obra lacaniana. Pinceladas
intermitentes que permiten vislumbrar y suponer un personaje fuera de una serie
imaginaria: Lacan convocaba a lo real siempre que podía, sostenía un comportamiento
de ruptura. Esta es la particularidad del texto, esquiva una biografía
tradicional o conocida. En una biografía, esperamos bucear por las
intimidades y grandiosidades del personaje admirado y encontrar el espejo en el
que uno quisiera reflejarse. Se intenta retratar la verdad del personaje y
enmarcarlo para confirmar su genialidad y las causas de su obra. No es este el
caso. La biografía, a pesar de su título, es evitada. Siempre bordea algo de lo
que nunca, - dice- hará: una biografía. Da sus justificaciones para no hacerlo,
entonces apela a pequeñas viñetas acerca de preguntas que alguna vez el autor
le hiciera a Lacan y habla de él sabiendo que sus palabras no son sino el
reflejo de lo que Miller mismo pudo captar y entender, deja destellos en el camino
de su relato, retratando a Lacan, como señas, apenas, por momentos, intimista.
Entonces, no es una franca biografía; podría
decirse que es una “biografía elíptica”, “biografía evitada”, “biografía
esquiva”, que no habla directamente y descriptivamente, sino por alusiones e
intersticios que la memoria deja en su autor. Tampoco es el estilo de Miller el
descubrir todo de una sola vez, no es esperable –para quienes lo leemos
frecuentemente- un relato directo (como lo hiciera alguna vez Elizabeth
Roudinesco), sino un rodeo por la teoría para escarbar y descubrir las señas
del personaje. Se evita el ejemplo de vida para la posteridad. Su único ejemplo
es el comportamiento del hombre con su obra, lo que dejo y el espacio que
ocupó. Así, Miller remonta anécdotas que recortan cuestiones de lo real como finalidad
de enfrentar la vida para Lacan. Quizás esta sea la característica más notable
de estos fragmentos de aquel seminario confeccionado como un pequeño libro.
JOSE MENDEZ